Un lugar en el mundo

El mundo se va volviendo cada vez mas gris a medida que uno crece… El gris no es un color feo, al menos desde mi punto de vista, tiene sus variantes plata, los grises brillantes y los grises casi negros, pero grises.

Nada es como nos lo contaron, afortunadamente, ya que nos dejaron disfrutar algo del resto de la paleta cromática,almenos unos añitos cuando somos niños. Ni nada es como lo imaginamos, ya que la implacable realidad nos planta cara de pronto quebrando, frenando o borrando nuestros sueños y locuras infantiles y adolescentes.

Pero no todo esta perdido, aun hay lugares donde ponerse un par de gafas con cristales de colores y devolverle a nuestra retina y a nuestra ilusión la capacidad y el placer de colorear un pedacito de rutina.



Hay lugares que desprenden luces brillantes solo por compartirlos con alguien especial, un amigo, una pareja, un hijo, un hermano… Lugares que cuando ellos entran en acción, dejan de tener ese tono plomizo tan perenne y reaparecen divertidos!

Lugares a los que se accede a través de las páginas de un libro, y gracias a sus palabras, a sus historias, de las que en indescriptibles y maravillosas ocasiones formamos parte, conseguimos que la cama ya no sea un lecho blanco en el que derrumbar nuestro agotado cuerpo. De pronto sus sabanas dejan de cubrirnos y sentimos el frío de un pueblo remoto en el estado de Washington, o el conjuro de un mago que busca dragones, o sentimos que corremos tras un grupo de amigos que juegan como cada verano a orillas de un río.

También existen lugares de esos que borran la carga de la dichosa realidad. Que destellan desde una caja, que cada vez es mas plana y tiene mejor resolución y que nos muestran, casi como en un sueño, las historias mas bonitas, mas trágicas, mas divertidas, mas curiosas o mas extraordinarias que podamos imaginar…Una vez a la semana, una vez al día, o simplemente de vez en cuando, de sorpresa, una tarde tonta de esas de sofá y mantita.

Yo descubrí hace ya un tiempo, la ruta a otro de esos rincones ilustrados con arco iris. El encontrarlo fue casualidad, y desde entonces busco una estampita de Santa Chiripa, para metérmela en la cartera y dedicarle una larga oración de agradecimiento.
El hecho es a través de teclas cuadraditas, de caminos con videos en vez de piedras y de gente increíble, llegue a conocer a personas que como yo, a veces ríen, a veces lloran, a veces tienen problemas con sus jefes o a veces con sus primos los de Calahorra. Personas que descubrieron un salón, donde igual que en las plazas de los pueblos antaño, podian realizar trueques de mil colores.

Cambiábamos incógnitas por respuestas, videos por dedicatorias, problemas por soluciones, amistad por una sonrisa y zapatos de tacón, por bailarinas…limones por manzanas y ayuda por cariño.
Si la realidad nos da asfalto, corramos por otros caminos, que en ocasiones más que a Roma, nos conducen a la gloria.